Violeta se me acercó y con sus apenas cinco años me disparó: “No llores, él se fue a dormir al cielo”. Le creí, ella supo ver lo que nadie.
Estaba claro. Si él pudo hacernos tan felices a todos, ¿por qué no va a poder acostarse en las nubes?
Viole tenía razón, para los soñadores no existe la muerte. Ellos bailan, cantan, silban y duermen las mejores siestas allá arriba. Son increíbles, eternos y saben regresar cuando lloramos como nenes, tenemos miedo y bronca.
Regresan, vestidos de algo, para regalarnos alguna frase que nos consuele
y nos cambie, quizás, la vida entera.
6 comentarios:
CARGADO DE EMOTIVIDAD Y DE VIEJOS RECUERDOS. UN CANTO A LA MEMORIA NICO! MAESTRO!
Que hermoso relato y que hermosa cancion,,,un combo increiblemente emocionante! Sos un groso Nik!
MUY BUENO NICO.
MARTIN.
muy bueno chabon! diego
Hay que seguir soñando...
Pisano Groso!
Publicar un comentario