martes, 14 de diciembre de 2010

Los viajeros de la canción 22

Sostengo cierta estabilidad, me dirijo en línea recta, el viento me pega en la cara y mi papá queda atrás con una suerte de sonrisa preocupante. Sabe, con absoluta certeza, que me voy a caer al piso. Solo espera que no sea demasiado fuerte.
Pierdo esa cierta estabilidad, me tambalea todo, el viento me pega de costado, en la espalda y hasta que ya no lo percibo. Ahí, me caigo.
Así, aprendí a andar en bicicleta. Así, aprendí a darme palos contra el suelo.
Sin rueditas.
En el momento, me pregunto por qué si sabían que me iba a caer me dejaron solo, me permitieron que lo haga. Si el raspón en la pera no me simpatiza y la frutilla en la rodilla tampoco.
Me pongo a llorar. Lo sé, fueron varias las veces que les conté de mis llantos.
Así, aprendí a vivir. Así, aprendí a levantarme.
Sin rueditas.
Después, al tiempo, entiendo el bien que me habían hecho. Son cuestiones inevitables.
Si queremos aprender a andar en bicicleta tenemos que entender que nos espera una serie de golpes y nerviosismos lógicos a cualquier período de adaptación.
Si queremos aprender a amar, tenemos que entender que nos espera una serie de golpes y nerviosismos lógicos a cualquier período de enamoramiento.
¿Pero qué vamos a hacer? ¿Vivir sin nunca andar en bicicleta? ¿Andar con rueditas toda la vida? ¿Vivir sin nunca volver a amar? ¿Amar con rueditas toda la vida?
No debemos restringir las ganas de sentirnos mejor.

Amantes y compañeros, bienvenidos a nuestra canción 22. Al parecer, ya se ve el final del cemento. Hemos transitado un camino de ripio, sinuoso, pero lleno de susceptibles y divinos sentimientos. Me guardo lo demás para nuestro final, la canción 23, la del martes que viene.

Se me vence la cabeza sobre la ventanilla, está empezando a amanecer. No escucho nada más que la melodía que puse de fondo, mis pensamientos y ciertos ruidos que solo la ruta nos regala.
Otra vez, los llevo de viaje.
En este momento, solo me entretengo pensando en ella y viendo pasar las líneas del asfalto una tras otra. Más atrás, un amarillo paisaje que aparenta fresco porque aún el sol no lo alcanza a iluminar del todo.
Supongo que a todos nos pasa, pero el amanecer en la ruta me provoca una temperatura corporal distinta a cualquier otro lugar. Por más que se trate de pleno enero, hace frío, se siente el viento que pega contra el auto y el resto del mundo se mantiene quieto.
Quizás un viajero se nos cruza en su regreso y el guiño se figura perfecto. Ellos vienen de donde nosotros vamos. Tarde o temprano seremos nosotros los que volvamos para darle lugar a otro viajero, en otro amanecer. Pero ahora es ahora y el destino está perfumado, esperándonos, con sus rincones, sus lluvias, sus frescas noches, y sobretodo, esos aromas únicos e irrepetibles.
Soy recurrente en los viajes y la ruta. Es que allá, soy más pequeño aún y tengo menos responsabilidades sobre las cosas. Solo me preocupo por el frío, el chiflete que entra por algún lugar del auto, la música de fondo, la posición del sol y los carteles que decoran el asfalto. Si la suerte está de mi lado, cruzo una mirada con un amigo, con un amor.
Insisto, me regala esa soledad que a veces necesitamos y que es la perfecta compañía.
Km 270.
Me es inevitable no pensar en la playa, es mi lugar en el mundo. Nací para morir allí. No sé si entiende, pero ya tengo muy claro cual es el recorrido que voy a hacer.
La primera vez que abrimos la puerta de una casa en la costa, sentimos ese olorcito hermoso que nos parte la cabeza, que nos trae millones de recuerdos. Creo que existe un fenómeno donde se anulan absolutamente el resto de los sentidos y solo el olfato funciona a su máximo potencial. En fin, quizás exagero, siempre me gusta hacerlo.
Pero no me van a negar que el perfume de la playa es inimitable por el de cualquier otro lugar…

Km 310. Levanto la cabeza de la ventanilla, amaneció.
Buen día a todos.

Amantes y compañeros, esta es nuestra canción 22. Al parecer, ya compusimos un estribillo pegadizo y será otro más de nuestros éxitos. Hemos grabado un disco rayado, con acoples y fuera de sincro, pero lleno de susceptibles y divinos sentimientos. Me guardo lo demás para nuestro final, la canción 23, la del martes que viene.

Porque, como siempre, perdí el hilo en la mitad del relato. Eso quiere decir que la paso bien con ustedes.
¿Sentiste el fresquito de la ruta?
Que lindo, ¿no?

Entre bicicletas y viajes de cuatro ruedas, me perdí en mi necedad y olvidé lo importante, que nos queda una charla pendiente y que ya no puedo seguir aquí, con mi cajita de pensamientos.

Es el momento perfecto. Sostenemos cierta estabilidad, nos dirigimos en línea recta, el viento nos pega en la cara y los demás nos miran de atrás con una suerte de sonrisa preocupante. Saben, con absoluta certeza, que volveremos a caer al piso. Solo esperan que no sea demasiado fuerte.
Así, aprendemos a crecer, a sentirnos mejor, a llorar cuando queremos pero a valorar esas lindas miradas que siempre están para cuidarnos.

Quién sabe, quizás en una de esas la estabilidad se volvió permanente, disfrutamos de un constante viento en el rostro y somos dueños de nuestra propia dirección.

Amantes y compañeros, compusimos nuestra canción 22., la que habla de un nene que aprendió a vivir en bicicleta, a besar sin rueditas, a amar con raspones en la pera y a compartir lo que escribe cuando el frío le eriza la piel en la ruta.


Jamás se volverá a retocar esta letra, única e irremplazable,
compuesta, por única vez, por los viajeros de cada martes.
Aquellos, los viajeros de la canción 22.

20 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy lindo nico!! ..
Me pone triste saber que solo queda una cancion para compartir, pero esta demuestra que crecimos bastante desde la bicicleta con rueditas, pasando x desamor, martina, recreo para enamorarnos, vivir de a ratos,muchas letras mas y un par de raspones de por medio, hasta llegar a hoy..
Una vez mas gracias x compartir tu magia conmigo!!

te quiero.

Silvi Herbon.

Anónimo dijo...

EXCELENTE NICOLÁS, SIN PALABRAS!

MARTÍN.

Anónimo dijo...

Genio, genio, genio! Basta de putearte, no quiero que dejes de escribir, solo espero q sea por esa causa q me contaste la semana pasada. Gracias por tantos lindos pensamientos, por hacerme llorar pero tambien por hacerme feliz con cada reflexion. Sin ser conciente de lo q haces, me cambiaste la cabeza en muchas cosas. Sos lo mas!

Luli

DIANA dijo...

SENSIBLE, TIERNO Y CON UNA PRECISIÓN QUE ME PARALIZA CADA VEZ QUE TE LEO. ESTE ESPACIO ES MIO Y SOLO MIO. AL MISMO TIEMPO, ES DE MI MARIDO QUE CREE QUE ES SOLO SUYO. Y AL MISMO TIEMPO ES DE MUCHAS PERSONAS QUE SE LO ADUEÑAN PERO SABEN QUE ES DE LOS DEMAS TAMBIEN. ES LOCO PERO ESO LO HACE FANTASTICO. TU ANGEL ES CADA VEZ MAS NOTORIO, FELICIDADES Y ESPERO QUE ESE RECREO QUE TE QUERES TOMAR HACE VARIOS TEXTOS LLEGUE PERO SEA POR CORTO TIEMPO Y POR EL BIEN DE LOS DEMAS. SOS INCREIBLE Y LO MEJOR ES QUE LO COMPARTIS. TE LLENO DE ELOGIOS AQUI PORQUE EN LA RADIO JAMAS LOS DECIS!!!!!!!!!!! GENIO!!!!!!!!!

Nico Pisano dijo...

Gracias por tan lindas palabras, por esa mirada protectora y por ser mi estabilidad permanente. Les queda lindo el cartelito de 'viajeros', hasta parecen más aventureros y un poco más rebeldes.

Anónimo dijo...

Excelente Nico! no quiero q se termine...desp te quedan los 5 poemas? y desp q mas? modifica el numero y segui escribiendo xfa!!!
Yami

Pablito dijo...

Me quedé pensando en la metáfora del aprender andar en bicicleta. El paralelismo que hiciste con el amor creo que puede extenderse a todos los ámbitos de nuestras cotidianeidades también.
Como te entiendo. Porque sufrí los mismos raspones por caerme al intentar andar sin rueditas. Al igual que al enamorarme. Al igual que ir andando por la vida.
La cuestión es esa amigo, que siempre haya un nuevo amanecer por delante en la ruta.
Gracias por esas palabritas.
Te quiero!

Anónimo dijo...

ah no sos mas hermoso todos los diasssssssssss no te vayassssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssss
=P vane venite a dormir conmigo vos y tu cajita!¿1!!!

Marcos dijo...

Brillante Nico, felicitaciones por tanto arte, por tanto! Nos vemos pronto...

Camee =) dijo...

♥♥♥ hermoso niiiiii ♥♥♥

Anónimo dijo...

Te zarpas nico sos un groso!

Diego.

LORE dijo...

"Me es inevitable no pensar en la playa, es mi lugar en el mundo. Nací para morir allí. No sé si entiende, pero ya tengo muy claro cual es el recorrido que voy a hacer". JAJAJAJJA VOS SOS YO! ESCRIBIS LO QUE YO SIENTO! GENIO!

Leo dijo...

Lindo como siempre, che!
Ya todos comentaron, asique no hay mucho por decir...
Por momentos me hace recordar al texto que escribí "ser chicos", jugando con mi viejo a la pelota, disfrutando de el mar con mi hermano...
Me gustaría leer algún amor de verano, o de los últimos años del colegio...
Creo que saldría una linda canción, o un lindo poema!

Gisella dijo...

¿Pero qué vamos a hacer? ¿Vivir sin nunca andar en bicicleta? ¿Andar con rueditas toda la vida? ¿Vivir sin nunca volver a amar? ¿Amar con rueditas toda la vida?
No debemos restringir las ganas de sentirnos mejor.

Es genial y raro. Pero siempre, siempre, me dejas pensando.

Lala dijo...

Me encanta cuando pones "supongo que a todos nos pasa" siempre me sacas una de esas sonrisas nerviosas. Hermosso tema de the kooks. Sos un grande Nico, que mas decir?

Nico Pisano dijo...

Nada más, con eso basta Lalin! Gracias a todos, aunque a veces se exceden en piropos, reconozco que cada palabra me hace bien.

Gabii dijo...

Gran trabajo Nico! Extraordinaria forma de contar las cosas más comunes pero mas rebuscadas!

SANDRA dijo...

MUY BUENO NICOLAS. QUE GRAN TALENTO TENES! NO PARES, TE MERECES LO MEJOR!

Day Ka dijo...

Vivir sin nunca volver a amar??
Segui asi nico!

Silvana dijo...

un regalo para el alma! grande Nico!!!!!!!!!!!!!!!!!